El subtítulo de la versión francesa dice más: “Cuando el hombre y el caballo se fusionan en uno”.

Estas ideas son tesoros incalculables, pero también probablemente difíciles de aplicar en nuestra equitación cotidiana. Podríamos ensamblarlas en tres cualidades, las utilizo con frecuencia en esta página web: Empatía, Paciencia y Humildad.

Sensibilidad

Definir Espíritu ya es otra cosa. No es fácil explicar el término cuando se refiere a nosotros los humanos. Pues aplicarlo a otra especie es todo un challenge: en este caso los caballos. Mi conclusión sobre las explicaciones dadas por Tom Dorrance, es que el Espíritu es el destello de vida que hace cada uno de nosotros, hombres o caballos, seamos individuos únicos y, que se encuentra combinado con lo que él llama unidad (esta atracción que tiene el caballo, a su manera, por el hombre).

Sea como sea, estas tres nociones sólo forman una idea: la Sensibilidad. La principal calidad que podemos desarrollar tanto como hombre o mujer es la empatía, esta capacidad de pensar como un caballo, a imaginarse lo que puede sentir en algún momento que nos encontramos junto a él. Cada vez que le pedimos alguna cosa a nuestro caballo, deberíamos sentirle en conjunto: desde su estado psicológico hasta su integridad física, pasando por su estado espiritual. Es entonces cuando deberíamos empezar nuestro trabajo, basándonos en estas constataciones, ¡más que sobre una simple lista establecida anteriormente!

Planificación

Finalmente, la planificación, es la armonía con tu caballo. Esta armonía está por todos lados_debería en todo caso estar_y más montas a tu caballo, más te habitúas a él y mejor se consigue la sincronización: ritmo con los pies, sincronización de su cuerpo en movimiento, anticipación del caballo, relajamiento de la presión, etc. ¡Es aquí donde la paciencia entra en juego!

“Si quieres que esto llegue, te aconsejo de relajar la presión justo antes, porque si él empieza a responder y la presión está todavía allí, ésta está perturbando el camino.

True Unity, Tom Dorrance

Equilibrio

La cuestión del equilibrio abarca dos aspectos: La aproximación del jinete frente a su caballo por un lado y las capacidades físicas del caballo por el otro.
Nuestro comportamiento de hombre o mujer es crucial para la buen educación de nuestro caballo. Si eres demasiado amable, acabarás con un caballo consentido y mimado. Si no lo eres bastante, tu caballo va a terminar por temerte o por ser tímido. Deberíamos valorar los pros y contras de todas nuestras decisiones puesto que cada una tiene un impacto en estos puzzles que son los caballos: asegúrate que cada pieza está encajada correctamente, pero vigila también que el caballo respete este ensamblado, que respeta tus decisiones.
Para esta tarea, tienes que hacer frente a una prueba de humildad, ya que debes estar en la medida de replantearte cada una de tus decisiones. No tengas miedo a cometer errores, tu caballo va a saber perdonártelos. Más importante aún, no tengas miedo de analizar todo lo que haces, de criticar tus actos y decisiones.

Evidentemente, esto no es indispensable para montar a caballo, pero las sensaciones son especialmente mejores y esto sólo puede ayudar al caballo. Como conclusión, deseo citar el título del último capítulo escrito por Tom Dorrance en el libro: “Aprende a hacer menos para obtener más”. A menudo, tenemos tendencia a hacer demasiado para obtener el resultado deseado. Queremos de alguna forma que algo pase y aumentamos la presión sin cesar, entonces actuamos de forma severa en lugar de firme y acabamos por obtener el resultado opuesto al que queremos…

Info : La versión española que ha sido traducida en su integridad por Tania Mata Morali y revisada por Manuel Moya Fernández, está disponible en internet. Mi artículo está en versión original, no puedo entonces juzgar la calidad del texto, tengo confianza en haber respetado la esencia del mismo.