Con estos principios en la cabeza y esta bonita canción en los oídos, podrás comprender mejor la filosofía sobre la cuál reposa la Equitación Natural o Etológica. ¡Se trata de una equitación hedonista!

A veces considerada como una palabrota, es un concepto bastante simple una vez despejada de tópicos. El filósofo Michel Onfray propone una buena definición del hedonismo: una capacidad de vivir gozando de la existencia y disfrutar buscando a hacer complacer al máximo de mundo alrededor de uno mismo, sin jamás causar disgustos.

Es, a mi parecer, una bonita aproximación de la vida y de la gente en general. Buck Brannaman, así como sus maestros Ray Hunt y Tom Dorrance antes que él, es en este sentido un jinete hedonista, porque nos muestra a cada momento cómo interactuar con los caballos sin nunca causarles daño, físicamente o psicológicamente. Él va más lejos, proponiéndonos dar satisfacción al caballo.

Y es exactamente en lo que me esfuerzo por hacer en cada instante pasado en su compañía. En pocas palabras: no dejes jamás que tu caballo conozca la caricia de un látigo, ¡sólo la de vuestros dedos!