Reflexiones

Estar en condiciones de controlar a tu caballo

Estar en condiciones de controlar a tu caballo

Para ser un buen líder con un caballo, debes ser dueño de toda situación sean cuales sean las circunstancias. En la mayoría de reagrupamientos entre mamíferos, los líderes de más edad, pierden su figura de jefe el día que pierden el control de la situación. Este principio de liderazgo funciona de la misma manera en nuestra sociedad humana, se tiene más tendencia a seguir a una persona si se la considera capaz de dirigir un gobierno, una empresa, un equipo o sociedad. Pero el día en qué esta persona no actúa adecuadamente, comete errores o pierde los estribos, ya no se puede confiar en ella. En ese momento o eliges a un nuevo jefe o tú mismo te conviertes en él. Las manadas de caballos tienen sus propias estructuras y mecanismos y, aunque no sea el tema de este artículo, algunas informaciones merecen ser mencionadas:

  • una manada no está estructurada con un jefe supremo absoluto, los individuos que la componen definen su estatuto en función de cada miembro del grupo.
  • los caballos que tienen un alto rango dentro del grupo tienen la prioridad en todo (comida, agua, sobre los otros caballos, etc.) y el resto de los miembros de la manada les ceden su espacio.
  • el caballo que dirige el grupo toma las decisiones y no tiene en cuenta ni el punto de vista o la iniciativa por parte de los otros caballos.
Natural Horsemanship is based on observations of horses in their own herd
¿Cómo usar todo esto para mejorar la comunicación con mi caballo?

En primer lugar, tendrías que dedicar tiempo a observar a tu caballo y a determinar si es más bien líder o seguidor. Un líder tendrá tendencia a empujarte, agredirte, a no esperarte, a pasar delante de ti mientras le llevas del ramal, etc. Al contrario, un caballo más sumiso será propenso a tener miedos, a retroceder para evitar la presión… Una vez que hayas determinado qué clase de caballo tienes, entonces puedes empezar su educación. Los fundamentos pie a tierra son un buen principio: desensibilización, retroceder a distancia y trabajo a la cuerda.

La educación es un proceso sin fin y hay que tener en cuenta que un caballo aprende en todas circunstancias: si enseñas a tu caballo a retroceder a distancia durante tres cuartos de hora con excelentes resultados, pero al mismo tiempo le permites que te pise los pies de vuelta a los establos, habrás perdido tu tiempo y tu credibilidad. Hay tres principios simples a tener en cuenta, que pueden ayudarte a mantener la autoridad, una vez que ésta haya sido establecida: primeramente, no retrocedas nunca delante de tu caballo; después, guía a tu caballo y no dejes que sea él quién te lleve; finalmente, el primero que se mueve ha perdido.

1-No retrocedas nunca delante de tu caballo.

Durante las sesiones de trabajo, hay que ser perseverante y asegurarte que es tu caballo quien retrocede y no a la inversa (salvo si tu integridad física se ve en peligro, pero no es precisamente este artículo el que buscas si has decidido domar a un salvaje). Por otro lado, es muy aconsejable hacer retroceder a tu caballo a distancia en todo momento: mientras vayas del prado al establo o pista, mientras lo cepillas, cuando lo ensillas, etcétera. Todas las ocasiones son buenas para hacer este ejercicio y afirmar con suavidad tu autoridad a largo plazo.

2- Guía a tu caballo antes que dejarte arrastrar por él.

Probablemente alguna vez hayas sido víctima de esta especie de síndrome cuando el caballo quiere arrastrarte hacia la salida de la pista o que intenta aproximarse al resto del grupo de la cuadra o, incluso, cuando lo montas que intente llevarte en dirección contraria a la que tú le pides. Son experiencias que hay que evitar imperativamente: donde quiera que vayas con tu caballo tú eres quien decide, qué camino hay que tomar y el destino final. Pie a tierra, mientras le das cuerda por ejemplo, asegúrate de escoger el sitio exacto donde quieres trabajar y haz lo necesario para quedarte allí. Tu caballo va intentar ir hacia la derecha o izquierda, resiste y llévalo allí donde estabas antes. Montado, si tu caballo renuncia a girar hacia la dirección que tú has decidido, insiste y no relajes la presión hasta que haya tomado la dirección que le pides. En las paradas, acuérdate de esto: tu caballo no debe abandonar el estado de calma sin tu permiso.

3-El primero que se mueve ha perdido.

¿Te acuerdas de ese gran caballo que te empujó? Basta con que se acerque un poco para que le cedas el espacio. La regla es simple, el primero de la manada que cede el territorio ha perdido el juego, el último se convierte en líder.

Por ejemplo “eres un percherón” y haces lo necesario para que tu caballo te ceda el espacio:

Mientras entras en la pista o en las instalaciones (sé el primero pero sin precipitarte, eres el primero porque tu caballo te habrá dejado el espacio), cuando quieres pasar de un costado de tu caballo al otro (déjale desplazarse alrededor tuyo más que al revés), etcétera. Una vez montado, el principio es el mismo: quieres que tu caballo atienda tus instrucciones, no debe empezar a moverse sin tu consentimiento, no debe tampoco pararse si tú no se lo has pedido. Al final, acuérdate: ser un líder, no significa ser un tirano. Sé firme y perseverante, nunca duro o violento. ¡Es la única vía hacia la autoridad basada en el respeto!

Horses establish leadership by pushing and moving others away

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