Desafortunadamente, la mayor parte del tiempo, la equitación clásica no hace esfuerzos para desensibilizar al caballo, lo que tiene como consecuencia diversos problemas: los caballos no se quedan quietos, o caballos que huyen cuando les ponemos la silla u otros que te intentan moder mientras les cinchas, etc. Hay tres etapas sencillas para la desensibilización del caballo a la hora ensillar: la mantilla, la silla, la cincha.
Todo el tiempo empleado en practicar estos sencillos ejercicios será una gran inversión que os hará economizar horas de frustración. Después de todo, vais a montar al caballo unos quince años, entonces ¿qué son dos horas empleadas en acostumbrarlo a estas prendas tan importantes de equipamiento?
1) los caballos aprenden cuando relajas la presión.
2) la programación es esencial en la equitación, aprender a reconocer los signos de relajación para poder relajar la presión en el momento indicado: entrecerrar el ojo, cesión del cuello, mover la boca, posterior levantado.
Si domas un caballo joven o empiezas con otro más mayor, asegúrate antes de haber practicado los fundamentos pie a tierra. Es preferible que tu caballo te respete y que te tenga confianza mientras le presentas la silla por primera vez. En cualquier caso, ten a tu caballo con el ramal, no le dejes atado. Hay que dejarle la libertad de moverse si lo necesita. Acuérdate de uno de estos principios clave: siempre facilitar el comportamiento deseado e incomodar el inaceptable ¡pero no imposible!
Mantilla
Colócate enfrente de tu caballo y aproxima suavemente la mantilla, alrededor de 20 o 30cm de su hocico. Después, déjale trabajar: va a analizar el objeto, luego se acercará, resoplará o intentará probarlo.
Una vez que ha pasado esta fase de descubrimiento, puedes acercar la mantilla a su flanco. Algunos caballos tendrán tendencia a irse para alejarse de la mantilla. No te precipites, síguele tranquilo, manteniendo la mantilla cerca del flanco. Idealmente, la punta de ésta debe estar en contacto con la piel. Desde el momento en que tu caballo se pare y muestre un signo de relajación, retira la mantilla y acaríciale.
Repite la operación hasta que tu caballo se quede inmóvil, tranquilo, entonces puedes poner la mantilla sobre su dorso y muévelo suavemente. Esto quizás haga huir al caballo: sé perseverante, continua moviendo la mantilla hasta que se pare y muestre un signo de relajación.
Rápidamente, podrás lanzar la mantilla sobre su espalda y sacudirla sin que esto moleste a tu caballo.
Sillas
La aproximación es la misma: preséntale la silla y déjasela oler, analizar. Acuérdate, debes ponerte en la piel de tu caballo para determinar tu propio comportamiento.
Buck, Buck Brannaman
Luego, colócate cerca de su flanco y repite la operación, tocándole con la silla. Desde el momento que se quede quieto y relajado, puedes ponerla sobre su dorso. Asegúrate de haber hecho todo lo que hace falta: mantén la silla de forma que le sea cómoda, sin dejarla caer sobre su dorso, los estribos y la cincha deberían estar atados para no entorpecer la acción.
Cinchas
La última etapa de ensillar es cinchar. Mientras quieres domar un caballo joven, deberías prepararle a esta sensación alrededor de su vientre desensibilizándole con la cuerda. Después de esta operación de desensibilización, tu caballo aceptará más fácilmente la cincha y su apretado. No obstante, he tomado el hábito de ¡no considerar nunca algo adquirido! No dudes en pasar algunos segundos en el momento de cinchar a esperar un signo de relajación que vas a recompensar con una caricia.
Haz esto dos o tres veces antes de cada ensillado y vas a sorprenderte de ver la velocidad con la que tu caballo aprende a estar tranquilo cada vez que vayas a ensillarle.